Extracto extraído el
libro "Tantra la ciencia Eterna" de
Shrii Shrii
A’nandamu’rti (P.R. Sarkar)
Los efectos de los
alimentos en el cuerpo son más o menos bien conocidos.
Teorías científicas actuales sostienen que las moléculas
físicas de los alimentos son utilizadas por el cuerpo
para proporcionar energía y sustancias para la
construcción, preparación y regulación de los diferentes
tejidos. Es bien conocido que una dieta inapropiada
tiene un efecto negativo en este proceso.
Los efectos de los
alimentos sobre la mente, sin embargo, recién ahora
están siendo reconocidos por la ciencia médica. La
investigación indica que la esquizofrenia, depresión
maníaca y otros desórdenes mentales pueden aliviarse con
terapias dietéticas y vitaminas. Los alimentos refinados
y con cantidades excesivas de azúcar son indicados como
contribuyentes principales de la hiperactividad y
dificultades de aprendizaje en los niños. Las
instituciones juveniles en los Estados Unidos están
usando cambios dietéticos para lograr respuestas
positivas de comportamiento en sus residentes.
Generalmente, las personas que cambian sus gustos por
los alimentos procesados, por los alimentos naturales,
comentan acerca del bienestar mental mejorado y una
visión más positiva de ellos mismos y del mundo que los
rodea. Aunque se consideran estas experiencias como
sorprendentes y difíciles de explicar, las filosofías
orientales, desde hace tiempo, han tenido una
explicación sencilla para esto, que resulta paralela con
alguna de las teorías más avanzadas de la ciencia
occidental.
Hemos aprendido de la
teoría de la relatividad de Einstein que todo el
universo manifestado se compone de energía vibratoria.
Se puede entender la materia como energía que se mueve o
vibra lentamente. Los sólidos vibra a frecuencias más
bajas; los líquidos y gases, un poco más rápido; el
sonido, la luz, los pensamientos y ciertas energías
vibran a frecuencias más altas. Las frecuencias altas
pueden penetrar las más bajas. La luz pasa a través del
agua, el sonido viaja a través del aire, y de manera
similar, la comida que comemos es penetrada por sus
propias vibraciones sutiles y por aquellas que han
absorbido de las personas que las han manejado. Estas
vibraciones sutiles afectan la mente de la persona que
come la comida. El alimento que crece, se prepara y se
come con amor, puede elevar la mente tanto como nutrir
el cuerpo. Durante los últimos milenios, los
instructores de Yoga han basado sus hábitos alimenticios
en este conocimiento. Ciertos alimentos afectan la
conciencia de manera positiva, agudizando y clarificando
la mente. Estos alimentos son llamados sutiles (Sattvik,
en sánscrito) y constituyen la base de la dieta del
Yoga. Los alimentos que estimulan el cuerpo y la mente
se denominan mutativos (Rajasik) y se
comen con moderación o no los comen aquellos que
realizan prácticas espirituales. Los alimentos que no
son benéficos para la mente o para el cuerpo se llaman
estáticos (Tamasik) y no son parte de la
dieta yóguica.
La clasificación de
los alimentos puede variar de acuerdo a cambios de
clima, edad, salud y actividad del individuo, por
ejemplo, durante una enfermedad se pueden recomendar
alimentos mutativos, o aún estáticos como medicamentos.
Pese a esto, a continuación presentamos una categoría
más o menos estandarizada de los alimentos más comunes.
Es claro que lo que comemos tiene un
efecto específico en nuestras mentes y cuerpos,
particularmente en relación a prácticas espirituales. No
es sorprendente entonces, que lo opuesto sea también
verdadero; que las prácticas espirituales que realizamos
junto con nuestras actividades diarias afecten la forma
en que los alimentos son absorbidos por nuestro cuerpo,
y si éstos son utilizados en forma efectiva.
Las prácticas de las
A’sanas en particular, benefician el sistema digestivo y
la salud de todos los órganos en general. Un cuerpo
interno limpio y sano permite que los alimentos sean
utilizados más efectivamente.
Alimentos
Sutiles (Sattvik)
|
Frutas y
nueces |
La
mayoría de lo vegetales |
La
mayoría de las legumbres (granos) y cereales |
Leche y
todos los productos lácteos |
Cantidades moderadas de hierbas y
condimentos |
|
Alimentos
Mutativos (Rajasik) |
Bebidas
con cafeína (café, té, cola, cacao) |
Muchas
medicinas |
Yerbas y
condimentos en exceso |
|
Alimentos
Estáticos (Tamasik) |
Carnes
rojas y aves |
Huevos |
Pescados
y mariscos |
Cebolla,
cebollín, cebollas de primavera |
Ajo y
hongos |
Alcohol |
Tabaco y
drogas no medicinales |
Alimentos fermentados, rancios o podridos |
La
forma en que comemos también es muy importante;
agregamos aquí algunas sugerencias.
1.
Mientras se come,
recuerde que la comida también es una manifestación de
la Conciencia Cósmica y que la está utilizando para
mantener el cuerpo, que es una necesidad para el
progreso espiritual.
2.
Coma solamente cuando
esté calmado y relajado. Las emociones influyen sobre el
cuerpo y la digestión es impedida generalmente por las
tensiones, la ira y otros estados negativos de la mente.
Tanto el “medio baño” (página 14), como algunos
minutos de meditación antes de comer, facilitan un
relajamiento físico y mental. Estar sentado, en lugar de
permanecer de pie para comer también ayuda a relajarse y
así, asegurar una mejor digestión.
3.
Coma comidas
regulares (desayuno, almuerzo y cena) evitando meriendas
entre ellas. El sistema digestivo, a diferencia del
corazón, necesita tiempo para descansar. Comer entre
comidas regulares puede resultar en problemas tales
como: obesidad, constipación y falta de energía.
4.
Coma acompañado, en
lugar de solo, donde quiera que surja la oportunidad.
Compartir la comida con otros ayuda a volverse más
sociable y evita la avaricia y la gula.
5.
Mastique
completamente la comida. Esto reduce el tamaño de las
partículas y las mezcla con la saliva lo cual facilita
tremendamente la acción de las enzimas en el proceso
digestivo.
6.
Coma una cantidad
sustancial de comida cruda y fresca y evite alimentos
muy cocidos o demasiado procesados.
7.
Beba mucho agua entre
las comidas, pero no durante éstas. Una cantidad
adecuada de agua asegura una evacuación rápida de los
desechos, una regulación de la temperatura
corporal y una buena digestión.
Ayuno
El ayuno es un método de limpieza
natural empleado por muchas disciplinas y culturas
como técnica de purificación. Facilita la
eliminación de toxinas por el sistema digestivo que se
acumulan durante un período de tiempo. El ayuno regular
es un medio efectivo para prevenir la acumulación de
toxinas y otros deshechos no eliminados, reduciendo así
la posibilidad de enfermedades relacionadas con los
intestinos. Recomendamos el ayuno entre dos a cuatro
veces por mes, dependiendo de la disposición y necesidad
de cada uno. Los mejores días para ayunar son once días
después de las lunas llena y nueva, y durante esos
mismos días particularmente; hacerlo en estas fechas
ayuda a contrarrestar la influencia
perturbadora de la atracción lunar, que llega a su
máximo en los días de luna llena y nueva.
Durante el ayuno generalmente no hay
peligros, el sentido común puede ayudar a prevenir
incomodidades y hacer de él una experiencia liviana y
agradable.
Le damos aquí algunas sugerencias:
1.
No ayunar más de un
día sin la guía de una persona experimentada. Empezar el
ayuno con el sol naciente y romperlo con el sol naciente
del otro día.
2.
Cualquier persona que
sufra de estreñimiento u otra enfermedad, no debe ayunar
sin agua. Puede hacerlo con agua y limón, jugos de
frutas o vegetales.
3.
Evitar comer
excesivamente antes del ayuno.
4.
Un ayuno seco o sin
agua, se debe romper primero bebiendo agua con limón y
un poco de sal, seguido, preferiblemente por un desayuno
de frutas y yogurt.
Vegetarianismo
Cualquier discusión sobre la idea del
Yoga respecto a la alimentación y la salud, no sería
completa si no se incluyera el vegetarianismo. Aquí
consideramos algunas de las preguntas más comunes:
¿El cuerpo humano, se
adapta más a una dieta con carne que a una vegetariana?
No. La fisiología, las funciones
corporales y el sistema digestivo del ser humano, son
completamente diferentes a los de los animales
carnívoros, por el contrario tienen muchas
características similares a los animales comedores de
frutas y hierbas.
Los animales carnívoros tienen el
intestino muy corto, solamente tres veces el largo de
sus cuerpos, para poder evacuar los residuos de carne
que se pudren rápidamente. Además para digerir los duros
músculos y huesos de animales sus estómagos tienen
grandes cantidades de ácido clorhídrico; tienen
glándulas salivares muy pequeñas, su saliva es ácida y
no contiene la enzima ptialina que es necesaria para
predigerir los cereales; tienen dientes puntiagudos y
afilados en el frente, para rasgar la carne; no tienen
molares y poseen garras.
En contraste directo, los seres
humanos, al igual que los animales comedores de frutas,
tal como el mono antropoide, tienen un canal intestinal
doce veces mas grande que el largo de su cuerpo, que se
adapta perfectamente a la digestión lenta de verduras y
frutas que.
son conocidas por su lenta descomposición. Sus estómagos
contienen menos de un décimo de la cantidad de ácido
clorhídrico que tienen los estómagos de los carnívoros.
Por o otra parte, los seres humanos tienen glándulas
salivares bien desarrolladas, saliva alcalina y mucha
ptialina para predigerir los granos; también poseen
molares posteriores planos para
moler la comida y carecen de dientes puntiagudos y
garras como los comedores de carnes.
Claramente la anatomía humana y su
sistema digestivo demuestran que hemos evolucionado pro
millones de años, viviendo de frutas, nueces, granos y
vegetales. De hecho, los científicos han concluido que
nuestros antepasados eran vegetarianos, comiendo carne
solamente durante períodos de extrema crisis. Durante la
época glacial, se carecía de frutas, nueces y vegetales,
fue allí cuando los seres humanos primitivos comenzaron
a comer carne animal para sobrevivir. Muchos continuaron
consumiéndola después de la época glacial, ya sea por
necesidad (como los esquimales), por hábito, por
condicionamiento o por falta de conocimientos
apropiados. No obstante, a través de la historia, ha
habido muchos individuos y grupos enteros de personas
que comprendieron la importancia de una dieta pura para
la salud, para la claridad mental o por razones
espirituales, quienes en consecuencia, han permanecido
vegetarianos.
¿Hay algunos riesgos
en comer carne?
Las estadísticas de salud mundial
indican que las naciones que consumen más carne tienen
un índice más alto de enfermedades, como el cáncer y
trastornos del corazón. Las poblaciones que viven
mayormente de carne, generalmente tienen una vida corta,
tales como los esquimales, cuyo promedio es de 27.5
años, y los Kirgisses, una tribu nómada de Rusia
Oriental, que vive principalmente de carne y cuyo
promedio raramente excede los 40 años. En contraste,
investigaciones de campo hechas por antropólogos en
culturas vegetarianas, han documentado una salud
radiante, vigorosa y de longevidad gozada por grupos
tales como los Abhaskianos de Asia Central, los Hunzas
de Pakistán y las tribus Otami de México. No es raro
para tales grupos tener individuos sanos y activos de
110 años
o más.
Aún cuando el hecho de no comer carne
tal vez no sea la única razón para tales estadísticas,
hay varios motivos para creer que comer carne es dañino.