Entrevista a Osho
Osho,
¿cuál es la diferencia entre el Yoga tradicional y el
Tantra? ¿Es lo mismo?
El Tantra y el Yoga son
básicamente distintos. Te llevan a la misma meta, pero
los caminos no son solamente distintos sino contrarios.
Esto debe de entenderse muy claramente. El proceso del
Yoga también es metódico; es una técnica, no una
filosofía. Al igual que el Tantra, el Yoga también
depende de la acción, del método, de la técnica. La
acción te conduce al Yoga, pero el proceso es diferente:
en el Yoga tienes que luchar, es el camino del guerrero;
en el camino del Tantra no hay que luchar sino, por el
contrario, hay que ser indulgente, pero con consciencia.
El Yoga es una supresión con consciencia; el Tantra es
indulgencia con consciencia.
El Tantra dice que seas
lo que seas, lo Supremo no se opone a ello. Es un
crecimiento;
puedes crecer y ser lo Supremo. No hay oposición entre
tú y la realidad; tú eres parte de
ella. Por eso, la lucha, el conflicto, el oponerse a al
naturaleza, no es necesario; debes de aprovecharlo,
utilizar lo que quiera que seas para ir más allá. En el
Yoga tienes que luchar contigo mismo para ir más allá;
en él lo mundano y el moksha —tú, tal como eres, y lo
que podrías ser— son dos cosas opuestas. Suprime, lucha,
disuelve lo que eres y podrás alcanzar aquello que
puedes ser… Ir más allá, en el Yoga, significa morir;
debes de morir para que tu ser verdadero nazca, A los
ojos del Tantra el Yoga es un profundo suicidio: debes
aniquilar tu ser natural —tu cuerpo, tus instintos, tus
deseos, todo. El Tantra dice: acéptate tal como eres. Es
una profunda aceptación. No crees distancia entre tú y
lo real, entre lo mundano y el nirvana. ¡No crees
ninguna separación! Para el Tantra no existe separación.
No es necesario morir. No tienes que morir para renacer,
sino transcender, y para ello debes de utilizar tu
energía. Por ejemplo, la energía sexual está ahí; es la
energía básica —a través de la cual has nacido, con la
que has venido. Las células de tu ser, de tu cuerpo, son
sexuales y por eso la mente humana gira en torno al
sexo. El Yoga lucha contra esta energía; a través de la
lucha, creas en ti un centro diferente y cuanto más
luchas, más te integras en él. Entonces, el sexo deja de
ser tu centro. Luchando contra el sexo —conscientemente
por supuesto— crearás un nuevo centro en tu ser, un
nuevo énfasis, una nueva cristalización. El sexo dejará
de ser tu energía; luchando contra él crearás una
energía diferente, un nuevo centro de existencia. El
Tantra dice: utiliza tu energía sexual, no luches contra
ella, ¡transfórmala! No pienses en términos de
antagonismo, sé amigable con ella. Es tu energía; no es
maligna ni nociva. Toda energía es neutral; puede ser
utilizada contra ti o a tu favor; puedes crear un
bloqueo, una barrera, o puedes
hacer de ella un escalón. Se puede utilizar: si se hace
correctamente se vuelve amistosa; si se usa
equivocadamente se vuelve tu enemiga. Pero no es ni una
cosa ni la otra; la energía es neutral. De la forma en
que se utiliza comúnmente, se convierte en tu enemiga;
te destruye. Simplemente disipas tu energía. El Yoga
apuesta por una aproximación opuesta a la mente común;
ésta ha sido destruida por sus propios deseos. Por eso
el Yoga dice: abandona el deseo, sé sin él; lucha contra
él y crea en ti una integridad sin deseo.
El Tantra dice: sé consciente del
deseo; no crees ningún conflicto. Déjate llevar por el
con total consciencia; y cuando hagas esto, lo
transcenderás. Eres parte de él y, a la vez, no lo eres.
Pasas a través de él, pero permaneces extraño…