INTRODUCCIÓN
La gestación es, para la madre, un
período de grandes cambios anatómicos, fisiológicos y
psicológicos que genera, además, alteraciones en la
relación de pareja, en el futuro padre y en el medio
familiar inmediato.
Aunque la historia del nuevo ser se
inicia cuando se empieza a pensar en la posibilidad de
su llegada, cuando se imagina, cuando se nombra, su
existencia real sólo se concreta cuando el óvulo es
fecundado por el espermatozoide. El hijo empieza a ser
una realidad corpórea en otro cuerpo, el cuerpo de la
madre que lo albergará durante nueve meses.
Considerando las implicaciones que
conlleva el período de gestación y la trascendencia que
tiene en la vida de cada uno de los padres y del bebé,
concebir un hijo es un inmenso acto de responsabilidad y
reverencia hacia la vida manifestada en el nuevo ser,
por lo que se hace necesario conocer, atender y cuidar
este período.
En el primer aparte de este artículo se
esboza de manera general el proceso de la gestación,
mostrando todos los aspectos biológicos y psicológicos
implicados. Se habla también de la construcción del
vínculo de apego entre la unidad madre hijo y el futuro
padre.
En un segundo momento se presentan los
aspectos teóricos en los que se fundamenta el Sistema
Biodanza.
A continuación se relacionan e integran
los dos planteamientos centrales de este artículo:
Biodanza y Gestación y se dan a conocer los mecanismos
de acción de dicha alternativa durante el proceso de
gestación humana.
Para finalizar se presentan algunas
conclusiones y recomendaciones sobre la práctica de
Biodanza durante la gestación y se retoma la experiencia
vivida por una joven madre biodanzante antes y durante
su etapa de gestación.
.
Va desde el final del segundo mes hasta el nacimiento
del bebé.
El crecimiento y desarrollo del ser
humano en esta etapa es acelerado, lo cual permite la
maduración y funcionamiento de la mayoría de los
órganos.
El bebé entra en gran actividad debido
al desarrollo del sistema nervioso;
aparecen los movimientos reflejos y
algunas funciones preparatorias para
el nacimiento y la adaptación a la vida
extrauterina. El niño está biológicamente desarrollado
al terminar el séptimo mes de gestación.
Durante la gestación se presentan
alteraciones en lo biológico y lo psicológico que
comprometen a la unidad madre‐hijo y afectan además la
relación de pareja, al padre y al círculo familiar
cercano. También son significativos los cambios
corporales que la madre experimenta:
En el primer trimestre de gestación la
madre puede sentir malestar debido a los cambios
hormonales que alteran el funcionamiento normal del
organismo.
Generalmente se presenta ansiedad para
adaptarse y aceptar el nuevo estado. Son comunes
molestias como mareos, náuseas, vómitos y sueño
excesivo.
Para el segundo trimestre las molestias
iniciales han disminuido; sin embargo, los cambios
físicos empiezan a ser notorios y aparece el temor a no
ser sexualmente atractiva para su pareja y a no estar
dentro de los parámetros estéticos establecidos
socialmente.
En el último trimestre la madre
experimenta gran ansiedad y temor hacia el parto o a
cualquier malformación del bebé. Reaparece el malestar
físico debido al peso, pueden presentarse calambres,
estreñimiento, cansancio y demás síntomas propios de la
gestación en esta etapa final. Es de gran importancia el
acompañamiento a la futura madre por parte del compañero
y del círculo familiar y social más cercano.
La gestación también cumple una función
muy especial en el establecimiento de vínculos y estilos
de relación que se van construyendo incluso desde antes
de la concepción pero que se consolidan realmente en
esta etapa y que influyen en el desarrollo del bebé en
formación y en la manera de establecer relaciones en el
futuro.
CONSTRUCCIÓN DEL VÍNCULO DE APEGO
DURANTE LA GESTACIÓN
“La aparición del sentimiento de persona
se construye lentamente: el bebé es imaginado antes de
ser percibido, hablado antes de ser oído” (Cyrulnik,
2005, p.
31).Conjuntamente con los aspectos
biológicos, la historia del bebé humano está atravesada
por experiencias de vinculación y apego, indispensables
para el adecuado desarrollo y crecimiento.
Idealmente se espera que estas experiencias de
vinculación estén sustentadas en el amor realista y
respetuoso de los futuros padres.
Vinculación con la Madre
El estado de salud y de nutrición en la
madre son condiciones básicas para que el bebé logre
desarrollarse biológicamente y crecer dentro de los
parámetros prenatales establecidos; sin embargo, existen
otros aspectos igualmente importantes que inciden
directamente en su bienestar y que corresponden más al
mundo emocional. Está comprobado que todas las
sensaciones y emociones de la madre son percibidas
directamente por el niño durante la vida intrauterina,
dada la relación de total intimidad que se establece
entre ambos.
En la actualidad, gracias a los
adelantos científicos y observaciones directas durante
la gestación, es posible conocer de manera directa el
proceso de desarrollo del bebé en el útero materno.
Boris Cyrulnik (2005), en sus investigaciones sobre la
etapa prenatal, afirma que, incluso desde la fase
embrionaria, las informaciones percibidas por el embrión
participan en su desarrollo, lo que le lleva a
hipotetizar que la historia del bebé comienza mucho
antes de su nacimiento.
El primer acercamiento evidente para los
padres con su bebé se da a través de los ruidos
cardíacos, alrededor de la tercera semana, lo que puede
definir el inicio de la formación del vínculo afectivo.
Poder escucharlo, les permite considerar al niño en
formación como un ser diferenciado de la madre, con
identidad propia.
El vínculo inicial de la unidad
madre‐hijo se da, en un primer momento, a través de las
vías enteroceptivas y, posteriormente, desde los canales
exteroceptivos —conformados por los cinco sentidos—a
medida que van desarrollándose y madurando. Desde éstos,
se abre para el padre la posibilidad de relacionarse con
su bebé bien en la interacción permanente con la madre o
directamente cuando se pone en contacto, mediante el
tacto y el lenguaje, con el vientre materno.
El acercamiento o vinculación a través
de los sentidos se va propiciando en la medida que éstos
se desarrollan. El primero es el tacto, por medio del
cual el bebé en formación percibe mensajes cuando el
útero se contrae por situaciones que la madre
experimenta. Esas contracciones son sentidas
generalmente en la espalda del niño debido a la posición
fetal y son vivenciadas como un masaje postural, siendo
este movimiento la primera comunicación sensorial
establecida.
.....
REFERENCIAS
Arboleda, R., Gallo, L.
&
Molina, N. (2005),
Motricidad y
gestación, Armenia, Kinesis.
Cyrulnik, B. (2005).
Bajo el signo
del vínculo. Madrid: Gedisa.
Posada, A., Gómez, J.
&
Ramírez, H. (2004).
El niño sano,
3ª ed. Bogotá: Editorial
Médica Panamericana.
Toro, R. (1991).
Teoría da
Biodança. Coletánea de Textos. Volume II.
Brasil: ALAB.
Toro, R. (1998).
Biodanza:
Cursos de actualización, 2. Modelo teórico Inconsciente
Vital.